Las empresas deben contratar candidatos competentes para el cargo solicitado. Parece obvio, pero lo contrario es común. Es una dinámica que puede tornarse insostenible para una empresa.
Las empresas deciden contratar candidatos menos idóneos si estos esperan un menor salario que los más preparados. La apuesta es que el candidato adquirirá las habilidades requeridas en el desempeño de sus labores. Asumiendo que el trabajador no se instruirá por su cuenta, debería existir un sistema interno de capacitación.
Aquí empieza nuestro dilema.
Escenario 1: Candidato es apto.
Este es el escenario ideal para ambas partes. El empleado sabe hacer su labor y no requiere entrenamiento.
Escenario 2: Candidato no es apto y la empresa ofrece entrenamiento.
Este escenario no es óptimo para la empresa, pero es manejable. El periodo de entrenamiento representa un costo para la empresa. Luego del entrenamiento pueden ocurrir dos cosas: el empleado ahora es apto o aún no lo es. La empresa entonces debería llevar la estadística de los resultados del entrenamiento y ajustar sus finanzas apropiadamente.
Escenario 3: Candidato no es apto y la empresa no ofrece entrenamiento.
Este es el peor escenario para ambas partes. Al empleado le cuesta cumplir sus responsabilidades y la empresa no tiene una solución viable para corregir el problema. Lo que ocurre generalmente es que las tareas se reasignan a otro empleado que si está capacitado. Reasignar tareas genera un cambio de contexto para el tercer involucrado si este se encontraba realizando alguna otra tarea en el momento, lo cual genera un nuevo problema.
El primer acercamiento entre empleado y empresa ocurrió en una de dos maneras: cuando el empleado aplicó a la vacante o cuando la empresa contactó al candidato. Es importante conocer qué parte inició el contacto porque eso influye en nuestro “análisis ético”.
Escenario 3.1: El candidato tomó la iniciativa de aplicar.
Antes de aplicar, lo más seguro es que el candidato leyó una publicación de la empresa en la cual se exponía una lista de requisitos para ser considerado. Asumiendo que las responsabilidades que se están dificultando al empleado se encontraban en esa lista, es pertinente pensar que no debió aplicar al no estar capacitado.
Escenario 3.2: La empresa contactó al candidato inicialmente.
Es posible que la empresa haya sido quién contactó primero al candidato asumiendo que este cumplía con todos los requisitos. Incluso en ese caso, el escenario ideal era que el candidato hubiera informado que no cumplía con todos los requisitos.
Contratar al candidato más adecuado es únicamente responsabilidad de las empresas. Tener un sistema de contratación adecuado, como beneficio adicional, hace el trabajo más fácil a los empleados actuales, pues evita cambios de contexto en sus responsabilidades preestablecidas para cumplir con responsabilidades ajenas. Pero el punto real es lograr ser honesto consigo mismo y evitar aplicar a trabajos para los cuales no se está preparado.