Estando en la etapa temprana de los treintas, uno empieza a tomar más en serio algunos temas que se pasaban por alto o a los cuales no se asignaba el mismo nivel de importancia anteriormente.

Esta entrada será un poco personal, hablaré un poco sobre el ecosistema del amor y las relaciones en la actualidad, desde mi experiencia personal.

En mis veintes, la prioridad fue el trabajo y mi mismo. A pesar de que conocí y me involucré con buena cantidad de mujeres, nunca quise una relación seria. Lo veía como algo que me desenfocaría de mi objetivo de estudiar, hacer dinero o “darme gustos” materiales. Las relaciones siempre fueron informales, esporádicas y sin titulo oficial. No está bien ni mal, solo fueron las prioridades que apliqué en su momento.

Con el tiempo las prioridades cambian, en mi caso empecé a querer enfocarme menos en relaciones pasajeras y basadas netamente en algo informal, para pasar a buscar algo estable y serio con una mujer lo suficientemente compatible a mi.

Quizás en gran parte es mi culpa, pero dejando eso de lado, si considero que las expectativas sociales sobre las relaciones modernas son un poco excesivas.

Solamente en el último año he salido con más de una docena de mujeres, y realmente con ninguna de ellas encontré una conexión significativa. En los casos donde ella tenía algún interés, no ocurría lo mismo en mi. Y en las contadas ocasiones en donde era yo quien veía algún potencial, en ella ocurría lo contrario, es decir, ella no veía potencial en mí. Y bueno, es una dinámica entretenida pero se puede tornar repetitiva y costosa. Se entiende que es cuestión de esperar que llegue la persona adecuada, y seguramente así será.

No considero que sea un Don Juan pero afortunadamente hasta el momento no he tenido problema para conocer o generar una conexión inicial con mujeres. El problema es encontrar una con quien en realidad tenga una conexión que indique estabilidad en el largo plazo.

No soy una persona extrovertida, por lo cual muchos de los planes que gustan a muchas mujeres, no me llaman la atención a mi, y viceversa. A la vez, es paradójico, pero un problema que tengo es que en ocasiones me siento atraído por mujeres que son muy sociables y extrovertidas, un polo ya demasiado opuesto.

Mis hobbies no son demasiado sociables, por ejemplo leer, programar, estudiar algún concepto que me llame la atención, “hacer pereza”; a diferencia de actividades sociales y consideradas “de ambiente” como bailar, salir, socializar, viajar, etc. Se puede decir que cuento con baja batería social.

Por otro lado, la comunicación. No soy alguien quién revise o sea demasiado activo en redes sociales o por mensajes de texto. Puedo pasar días sin responder mensajes y eso seguramente no es bueno al momento de construir relaciones duraderas. Muchas mujeres necesitan comunicación constante sino empiezan a sospechar que algo anda mal (sin ser el caso), algo que en realidad no es natural en mi.

Como ven, en cierta manera listé lo que considero me ha impedido encontrar una persona para una relación significativa de largo plazo, y esa lista solo menciona aquello que tiene origen en mí.

En la otra orilla, está lo que ha llevado a que sea yo quien ha frenado potenciales relaciones con mujeres con las que he salido por temas que tienen origen en ellas. Ha pasado que salgo con alguien por cierto tiempo y de repente me “aburro”, ocurre algo difícil de explicar, y de repente ya no deseo continuar saliendo con ella.

Puede ser que algunos de nuestros valores no se alinean. Quizás ella no vea en un futuro la posibilidad de tener hijos y yo capaz que si quiera. Depronto sus objetivos son muy materiales y yo no considere que pueda igualar o llevar su nivel de vida, o llenar esas expectativas.

La sociedad en cierta manera se ha encargado de hacer creer a muchas mujeres modernas que está bien nunca conformarse con nada y, ojo, no se trata de ser conformistas, sino de una visión del mundo en la que nada de lo que se recibe es suficiente.

Posiblemente tiene una amiga a quien su novio le da regalos extravagantes, y ella siente que no es querida lo suficiente si no recibe lo mismo de su pretendiente o si no encuentra una persona capaz de ofrecer lo mismo, en una suerte de competencia con sus propias amigas y con el resto de la sociedad, a ver quién presume más.

Puede ser una percepción inicial falaz de mi parte, y allá afuera hayan mujeres que sean capaz de aceptar todos mis defectos, y yo los suyos. Seguramente ya la conozco y solo falte dejar al tiempo hacer su tarea. Pero no deja de ser cierto que las expectativas de lado y lado están desbordadas, y por eso mismo se ve tanta gente infeliz recientemente en cuanto a su vida amorosa.

Si hay una enseñanza o lección que yo mismo aplicaría luego de escribir esta entrada es: eliminar la necesidad de comparar la situación afectiva personal con las de otros, pues eso solo trae infelicidad a las relaciones propias. Lo anterior lleva a la creencia de que una relación siempre puede estar mejor, incluso cuando la misma ya se encuentra en un buen estado, entrando en un círculo vicioso de insatisfacción del cual puede ser difícil salir.

Por el momento seguiré el plan actual, que no ha sido fallido del todo, y que se pone mejor a medida que aprendo a filtrar lo que es aceptable y no aceptable en lo que busco.


Actualizacion Noviembre 03, 2024.

El algoritmo de X, un par de días después, muestra esta publicación que valida varios de los puntos expuestos en esta entrada. Especialmente aquel en el que hablo de las expectativas irrealistas. Las respuestas de los usuarios son una mina de oro.